Porque sí, tengo un huerto urbano que es la alegría de mi hogar y mi mayor orgullo, porque hasta lanzarme a esta aventura de la agricultara animada por Petit Hacker nunca antes en mi vida había conseguido -ni pretendido- cultivar nada (mi único contacto por propia iniciativa había sido aquella plantita de maría que la gatita Chili se zampó de un bocado en cuanto el tallito empezó a asomar y alguna que otra experiencia frustrada con el Plantanova muchos años atrás).
El caso es que tras una primera cosecha de pimientos bastante exitosa pese a haber sufrido las siete plagas, esta primavera y verano pasados nos lanzamos de lleno y cultivamos un pequeño vergel: tomates de varios tipos, lechugas, calabacines, berenjenas, hierbas aromáticas, pimientos otra vez, judías... Y como este tiempo está loco, loco, mis pobres plantitas aún creen estar en verano, así que van capeando el temporal y sorprendiéndonos de vez en cuando con alguna fresita o algún tomatito cherry a destiempo que me llena de orgullo y satisfacción!
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